28 de junio de 2011
Reportaje - Reapertura de la Mina Bellavista en Miramar de Puntarenas
Protección del ambiente y actividad petrolera
El desarrollo energético del país no se debe sustentar en los hidrocarburos
Ante la reciente publicación del director ejecutivo del Colegio de Geólogos de Costa Rica (La Nación, 19/06/2011: “Podemos explorar y preservar el ambiente”), se hace necesario establecer algunos puntos fundamentales que refieren a la relación entre explotación de hidrocarburos y protección del medioambiente.
Ante todo, la actividad petrolera sí produce efectos ambientales negativos en el ambiente. Aunque la labor prospectiva inicial es de bajo impacto, cuando la exploración requiere del desarrollo de perforaciones exploratorias o de extracción del yacimiento, al igual que la minería metálica, se requiere realizar obras, como la eliminación de bosque, cambios en el uso del suelo, apertura de caminos, que provocan efectos negativos en el ambiente.
Aunado a ello, en el caso de que se encuentre un yacimiento y se explote, se inicia otra cadena de impactos vinculados al almacenaje y transporte, vinculado a derrames que afectan el aire, el suelo, las aguas superficiales y, en particular, los acuíferos. Estos últimos, altamente vulnerables a una contaminación, se encontrarían más expuestos en las zonas en que se extraiga eventualmente hidrocarburos. Sin contar que, si la exploración o explotación se da en el mar, los efectos en el agua y la vida marina pueden ser devastadores, como ocurrió el año 2010 en el golfo de México, por el accidente del pozo de la British Petroleum.
Daños ambientales. Hay otros ejemplos de los daños ambientales producidos por la actividad petrolera en países tropicales tales como Ecuador y Nigeria, y el caso de la Exxon en el primer país delata el tipo de maniobras para ocultar un daño ambiental por parte de estas compañías. Pero no hay que ir muy lejos para darse cuenta de que esta actividad produce daños ambientales muy significativos en países con alta fragilidad ambiental. Recientemente, la Sala Constitucional reprendió a Recope, por omitir informar por el derrame de 441.000 litros de combustible bajo un tanque de almacenamiento de hidrocarburos (La Nación, 25/05/2011), lo que provocó la contaminación del Acuífero Moín.
Este daño ambiental pasó totalmente inadvertido para la Setena y para todas nuestras entidades fiscalizadoras en temas ambientales, lo cual evidencia la falta de capacidad del Estado costarricense de fiscalizar debidamente este tipo de actividad en suelo nacional. Mejor ni nos arriesguemos a pensar lo que pudiera ocurrir en zonas inhóspitas en la zona norte o en el mar. En el caso de la Setena, según la Ley Orgánica del Ambiente, esta entidad es corresponsable por el daño por no ejercer el control apropiado.
Además, el costo de la remediación de la contaminación producida por los hidrocarburos es muy alto. Recientemente se informó que limpiar 14.000 litros de combustible del Pozo AB – 1089, en Barrial de Heredia, tardó 6 años y tuvo un costo superior a los 2 millones de dólares (La Nación, 04/06/2011).
Protocolos sin control. Se dice que hay protocolos y regulaciones ambientales que cumplir, tanto nacionales, como internacionales. No obstante, ese no parece ser el problema. El problema real es la falta de capacidad de las instituciones de fiscalización y control ambiental, como la Setena o el mismo Minaet, para realizar verdaderas acciones preventivas que eviten que se produzcan costosos daños al ambiente.
La Ley de Hidrocarburos, como la Ley de Minería, son leyes que prácticamente “regalan” el recurso petrolero que eventualmente se pudiera hallar en el territorio nacional. Basta leer su artículo 48 para darse cuenta de que la empresa obtiene, como mínimo, el 85% de los beneficios de la extracción y al país, en el mejor de los casos, le queda solo un 15%, a pesar de que es el que corre los mayores riesgos por los efectos ambientales de la actividad. Es claro que el balance costo beneficio socioambiental no fue tomado en cuenta cuando se promulgó dicha ley. Son muchos los ejemplos de países en vías de desarrollo que explotan hidrocarburos, que no se han beneficiado de él; por el contrario, a la larga, la población pobre se incrementa.
Información especulativa. La noticia sobre la posible firma del contrato dada a conocer por este diario el 6 de junio pasado, tomó por sorpresa a la gran mayoría de la población. Como parte de ella se informa, sin que se haya hecho exploración, que “se podría extraer de la zona norte suficiente hidrocarburo para cubrir la demanda anual del país”. E incluso, se dan cifras aventuradas, de que la “extracción oscilaría entre 5 millones y los 25 millones de barriles por año”.
Es importante señalar que dicha información se hace pública, sin que se haya otorgado ningún tipo de exploración en los últimos 20 años y sin que exista un validación científica y técnica de ella. Con ello, dicha información solo se puede calificar de especulativa, e incluso inapropiada, dado que se utiliza como plataforma para solicitar que se firme el contrato.
El desarrollo energético del país, no se debe sustentar en los hidrocarburos, debido a que es un recurso natural que se agota y que produce efectos ambientales negativos; incluso el gas natural, que aunque menos dañino que el quemado de los derivados del petróleo, también produce algún tipo de contaminación.
Por el contrario, la seguridad energética del país debe sustentarse en una efectiva estrategia que inicie por el ahorro y el cambio de tecnologías en todos los sectores, en particular el transporte, así como en un abanico de alternativas de energía renovable que incluyan la energía eólica, la geotérmica, los biocombustibles que no compitan con la producción agroalimentaria y la hidroeléctrica bien planificada y programada, para que no impacte las cuencas hidrográficas y los sistemas costeros, entre otras fuentes.
La exploración del subsuelo nacional debe ser realizada solo por nuestras instituciones nacionales (Recope, ICE y universidades estatales) a fin de determinar, con criterio científico y técnico, su naturaleza, estructura y potencial como parte de un proceso bien planeado que permita tomar decisiones estratégicas para el mediano plazo.
En ese sentido, cabe recordar que Costa Rica tiene un serio atraso en su desarrollo geológico, denotando así la grave laguna que algunas entidades a la fecha no han querido superar. El conocimiento de nuestro subsuelo es, por supuesto, altamente necesario, pero realmente no necesitamos de compañías extranjeras para hacerlo.
Allan Astorga G. Profesor de Cuencas Sedimentarias e Hidrocarburos, UCR
Claudio Monge. Diputado, presidente de la Comisión de Ambiente de la Asamblea Legislativa
Fuente: Oilwatch Mesoamerica.
27 de junio de 2011
Protección del ambiente y actividad petrolera
El desarrollo energéticodel país no se debe sustentar en los hidrocarburos
Allan Astorga G. a.astorga.g@gmail.com 09:11 p.m. 27/06/2011
Ante la reciente publicación del director ejecutivo del Colegio de Geólogos de Costa Rica (La Nación, 19/06/2011: “Podemos explorar y preservar el ambiente”), se hace necesario establecer algunos puntos fundamentales que refieren a la relación entre explotación de hidrocarburos y protección del medioambiente.
Ante todo, la actividad petrolera sí produce efectos ambientales negativos en el ambiente. Aunque la labor prospectiva inicial es de bajo impacto, cuando la exploración requiere del desarrollo de perforaciones exploratorias o de extracción del yacimiento, al igual que la minería metálica, se requiere realizar obras, como la eliminación de bosque, cambios en el uso del suelo, apertura de caminos, que provocan efectos negativos en el ambiente.
Aunado a ello, en el caso de que se encuentre un yacimiento y se explote, se inicia otra cadena de impactos vinculados al almacenaje y transporte, vinculado a derrames que afectan el aire, el suelo, las aguas superficiales y, en particular, los acuíferos. Estos últimos, altamente vulnerables a una contaminación, se encontrarían más expuestos en las zonas en que se extraiga eventualmente hidrocarburos. Sin contar que, si la exploración o explotación se da en el mar, los efectos en el agua y la vida marina pueden ser devastadores, como ocurrió el año 2010 en el golfo de México, por el accidente del pozo de la British Petroleum.
Daños ambientales. Hay otros ejemplos de los daños ambientales producidos por la actividad petrolera en países tropicales tales como Ecuador y Nigeria, y el caso de la Exxon en el primer país delata el tipo de maniobras para ocultar un daño ambiental por parte de estas compañías. Pero no hay que ir muy lejos para darse cuenta de que esta actividad produce daños ambientales muy significativos en países con alta fragilidad ambiental. Recientemente, la Sala Constitucional reprendió a Recope, por omitir informar por el derrame de 441.000 litros de combustible bajo un tanque de almacenamiento de hidrocarburos (La Nación, 25/05/2011), lo que provocó la contaminación del Acuífero Moín.
Este daño ambiental pasó totalmente inadvertido para la Setena y para todas nuestras entidades fiscalizadoras en temas ambientales, lo cual evidencia la falta de capacidad del Estado costarricense de fiscalizar debidamente este tipo de actividad en suelo nacional. Mejor ni nos arriesguemos a pensar lo que pudiera ocurrir en zonas inhóspitas en la zona norte o en el mar. En el caso de la Setena, según la Ley Orgánica del Ambiente, esta entidad es corresponsable por el daño por no ejercer el control apropiado.
Además, el costo de la remediación de la contaminación producida por los hidrocarburos es muy alto. Recientemente se informó que limpiar 14.000 litros de combustible del Pozo AB – 1089, en Barrial de Heredia, tardó 6 años y tuvo un costo superior a los 2 millones de dólares (La Nación, 04/06/2011).
Protocolos sin control. Se dice que hay protocolos y regulaciones ambientales que cumplir, tanto nacionales, como internacionales. No obstante, ese no parece ser el problema. El problema real es la falta de capacidad de las instituciones de fiscalización y control ambiental, como la Setena o el mismo Minaet, para realizar verdaderas acciones preventivas que eviten que se produzcan costosos daños al ambiente.
La Ley de Hidrocarburos, como la Ley de Minería, son leyes que prácticamente “regalan” el recurso petrolero que eventualmente se pudiera hallar en el territorio nacional. Basta leer su artículo 48 para darse cuenta de que la empresa obtiene, como mínimo, el 85% de los beneficios de la extracción y al país, en el mejor de los casos, le queda solo un 15%, a pesar de que es el que corre los mayores riesgos por los efectos ambientales de la actividad. Es claro que el balance costo beneficio socioambiental no fue tomado en cuenta cuando se promulgó dicha ley. Son muchos los ejemplos de países en vías de desarrollo que explotan hidrocarburos, que no se han beneficiado de él; por el contrario, a la larga, la población pobre se incrementa.
Información especulativa. La noticia sobre la posible firma del contrato dada a conocer por este diario el 6 de junio pasado, tomó por sorpresa a la gran mayoría de la población. Como parte de ella se informa, sin que se haya hecho exploración, que “se podría extraer de la zona norte suficiente hidrocarburo para cubrir la demanda anual del país”. E incluso, se dan cifras aventuradas, de que la “extracción oscilaría entre 5 millones y los 25 millones de barriles por año”.
Es importante señalar que dicha información se hace pública, sin que se haya otorgado ningún tipo de exploración en los últimos 20 años y sin que exista un validación científica y técnica de ella. Con ello, dicha información solo se puede calificar de especulativa, e incluso inapropiada, dado que se utiliza como plataforma para solicitar que se firme el contrato.
El desarrollo energético del país, no se debe sustentar en los hidrocarburos, debido a que es un recurso natural que se agota y que produce efectos ambientales negativos; incluso el gas natural, que aunque menos dañino que el quemado de los derivados del petróleo, también produce algún tipo de contaminación.
Por el contrario, la seguridad energética del país debe sustentarse en una efectiva estrategia que inicie por el ahorro y el cambio de tecnologías en todos los sectores, en particular el transporte, así como en un abanico de alternativas de energía renovable que incluyan la energía eólica, la geotérmica, los biocombustibles que no compitan con la producción agroalimentaria y la hidroeléctrica bien planificada y programada, para que no impacte las cuencas hidrográficas y los sistemas costeros, entre otras fuentes.
La exploración del subsuelo nacional debe ser realizada solo por nuestras instituciones nacionales (Recope, ICE y universidades estatales) a fin de determinar, con criterio científico y técnico, su naturaleza, estructura y potencial como parte de un proceso bien planeado que permita tomar decisiones estratégicas para el mediano plazo.
En ese sentido, cabe recordar que Costa Rica tiene un serio atraso en su desarrollo geológico, denotando así la grave laguna que algunas entidades a la fecha no han querido superar. El conocimiento de nuestro subsuelo es, por supuesto, altamente necesario, pero realmente no necesitamos de compañías extranjeras para hacerlo.
Allan Astorga G. Profesor de Cuencas Sedimentarias e Hidrocarburos, UCR
Claudio Monge. Diputado, presidente de la Comisión de Ambiente de la Asamblea Legislativa
Fuente: Nacion.com.
25 de junio de 2011
Minera Crucitas demanda a otro diputado
EXIGE ¢300 MILLONES
IRENE VIZCAÍNO ivizcaino@nacion.com 11:27 A.M. 24/06/2011
La empresa Industrias Infinito, que desarrolla el proyecto minero Crucitas, en Cutris, San Carlos, demandó ayer a otro diputado del Partido Acción Ciudadana (PAC).
La acción es contra Claudio Monge, a quien responsabiliza de difamar la “integridad” de la firma mediante manifestaciones, por lo que le reclama ¢300 millones.
“Nuestro interés es que el dinero sirva para resarcir el daño a la sociedad. Eso será repartido entre las asociaciones de desarrollo comunal de Crucitas”, dijo Wílliam Méndez, asesor legal de la empresa.
El 10 de junio, Industrias Infinito planteó otra querella por difamación contra el también legislador del PAC, Manrique Oviedo. A él, le exige ¢200 millones.
Se desconoce, en ambos casos, las manifestaciones que dieron origen a las gestiones judiciales.
Claudio Monge explicó ayer que desconoce el fondo de la demanda. Sin embargo, aseguró que no le sorprende ni le “intimida”.
“Lo que me sorprende es que se hayan atrasado tanto y que el monto con el que dicen que van a ayudar a los pobres sea tan bajo”, expresó el legislador por Heredia.
Ambas demandas se plantearon ante la Secretaría de la Corte Suprema de Justicia, pues, por ser los diputados miembros de supremos poderes, gozan de inmunidad.
De esta forma, la empresa solicita al Poder Judicial que comience el procedimiento para levantar ese fuero especial.
Fuente: nacion.com.
24 de junio de 2011
RESUMEN EJECUTIVO (AL 20-06-2011) RESPECTO A DENUNCIAS U OTROS// IRREGULARIDADES QUE PRESUNTAMENTE INVOLUCRAN A FUNCIONARIOS DEL MINAET
DenunciasControlInternoMINAET
17 de junio de 2011
Murió el Plan Conceptual - la lucha continúa.
http://www.youtube.com/watch?v=Z3qsNZyPeDA&feature=uploademail
Ing. Juárez, observadoras |
Claudio Monge, pres. Comisión |
Área "reforestada" |
Fuente: Miramar al Grano.
La Tierra busca abogados contra "ecocidios"
Bermas de arena en las islas Chandeleur. |
La Corte Penal Internacional (CPI) fue creada en 2002 para procesar casos contra cuatro tipos de delitos contra la paz: genocidio, crímenes de guerra, de agresión y contra la humanidad.
"Las legislaciones (nacionales) ambientales no cumplen con el propósito", dijo Higgins. "Tenemos un enorme daño y destrucción ocurriendo a diario, y se agrava, no decrece".
La propuesta de Higgins define "ecocidio" como "la vasta destrucción, daño o pérdida de ecosistemas de un territorio dado, sea por causa humana u otras, a tal grado que el goce pacífico de sus habitantes se vea severamente disminuido".
Higgins dijo que, en efecto, ella ve al planeta Tierra como "un cliente que realmente necesita un buen abogado".
"Reconocer el ‘ecocidio’ significaría una expansión de nuestro círculo de preocupación. Ya no sería solamente el daño de humano a humano, sino del humano a toda la comunidad de la Tierra", afirmó.
La abogada dijo que existía un círculo vicioso en las relaciones de la humanidad con la naturaleza: la explotación intensiva de los recursos agota y degrada los ecosistemas, lo que genera conflictos entre las personas, a veces armados. La guerra, a su vez, provoca daños a gran escala en el ambiente.
El deterioro ambiental masivo durante tiempos de guerra ya está prohibido. El artículo de "crímenes de guerra" en el Estatuto de Roma, que dio origen a la CPI, prohíbe "el daño a largo plazo y severo del ambiente" en ciertas condiciones.
La Convención sobre la prohibición de utilizar técnicas de modificación ambiental con fines militares u otros fines hostiles proscribe el uso del ambiente como arma en los conflictos armados.
La propuesta de Higgins busca extender esas prohibiciones a tiempos de paz.
Aunque hay diferentes vías para que un caso sea llevado ante la CPI, Higgins cree que los "ecocidios" probablemente se basarán en información presentada por organizaciones no gubernamentales y comunidades locales.
La propuesta es que la CPI castigue a los responsables de "ecocidio" y ordene la restauración del daño en vez del pago de multas, pena común en las legislaciones ambientales de muchos países.
Varias corporaciones concientes de las sanciones financieras simplemente incluyen a las multas dentro de su presupuesto de gastos, señaló la experta.
"Sin duda hay una brecha en la ley internacional" en materia ambiental, dijo David Hunter, profesor asociado de derecho en la American University.
El experto apuntó particularmente a la vulnerabilidad de los países del Sur en desarrollo, que afrontan significativos problemas ambientales pero carecen de robustos sistemas legales para vencerlos.
"Además de que se necesita algo así, que se expanda el derecho penal internacional y cubra los problemas ambientales atroces, creo que es una buena idea", dijo Hunter. "Ahora, si recibirá apoyo y cuánto durará ese apoyo, es otro tema".
El experto explicó que los delitos juzgados por la CPI son actos deliberados. La destrucción ambiental, por otra parte, es resultado de la negligencia. Además, estas acciones, como en el caso de la extracción de arenas de alquitrán en Canadá, deben ser consideradas ilegales a nivel local
Algunos ven la propuesta contra el "ecocidio" como otro intento de "destruir la prosperidad, criminalizando las necesarias actividades económicas". Así opinó Wesley J. Smith, del Centro sobre Excepcionalismo Humano del Instituto de Descubrimiento.
En un artículo de opinión publicado en mayo de 2010 por el neoconservador The Weekly Standard, Smith señaló que "equiparar la extracción de recursos y/o la contaminación con el genocidio trivializa los verdaderos males como la matanza de Ruanda, los campos de exterminio en Camboya, los Gulag (campos de trabajos forzados en la Unión Soviética), y eleva los sistemas ambientales indefinidos al estatus moral de poblaciones humanas", añadió.
Pero Higgins dijo que esperaba mucha más oposición de la que ha recibido hasta ahora. "En cierta medida, estoy en el radar", afirmó con una sonrisa.
Para ser aprobada, la propuesta de "ecocidio" debe ser aprobada por al menos dos tercios de votos en la ONU y adoptada por todos los estados miembro.
Pero la propuesta de Higgins va más allá de disuadir actividades potencialmente destructivas y castigar a los perpetradores.
"Lo que necesitamos es crear amnistía", dijo, "dar un periodo de transición donde podemos ayudar a las compañías a pasar a ser limpias, con soluciones verdes, porque necesitamos la actividad de las grandes corporaciones"
No se trata de juzgar a nadie, señaló. "Porque, de hecho, somos todos cómplices. La energía que viene a mi casa, por más que y quisiera que procediera de energías renovables, no es así. Si conduzco mi auto estoy usando combustibles fósiles", indicó.
(FIN/2011)
Fuente: IPS Noticias.
15 de junio de 2011
El Oro de los Tontos
stellachinchilla.blogspot.com
Fuente: Blog de Stella Chinchilla.
Uriel Juárez, secretario general SETENA: Plan para reactivar mina Bellavista incumpliría legislación vigente
El secretario general de la SETENA, Uriel Juárez, mencionó que la empresa Metales Procesados no ha hecho ninguna propuesta formal para retomar los trabajos de extracción de oro en la mina Bellavista. (Foto: Katya Alvarado)
Si la empresa encargada del proyecto minero Bellavista solicita de manera oficial extender su área de trabajo para la exploración y explotación de oro, la solicitud se rechazaría por el decreto de moratoria firmado en el 2010, que impide nuevos proyectos para esas actividades, aseguró Uriel Juárez, nuevo secretario general de la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (SETENA).
El jerarca, quien asumió el cargo el 16 de mayo, explicó en una entrevista con UNIVERSIDAD que según un plan conceptual presentado por la compañía Metales Procesados, encargada de la mina ubicada en Miramar de Puntarenas, esta pretende extender las actividades fuera de su área actual, lo que representa un nuevo proyecto. Sin embargo, las directrices actuales solo permiten la minería con permisos otorgados antes de la aprobación de la moratoria.
El plan conceptual describe que la laguna de relaves (donde se depositan los residuos del proceso de extracción) se ampliaría hacia Agua Buena, donde hay varias nacientes que desembocan en el estero de Puntarenas y llegan al acuífero de Barranca-El Roble.
El ingeniero agrónomo, quien fungió anteriormente como representante del Ministerio de Agricultura y Ganadería en la Comisión Plenaria de la SETENA, conversó también sobre los retos de la institución y las críticas que ha recibido de parte de la ciudadanía. Este es un extracto de la entrevista.
¿Cuáles son sus objetivos como nuevo secretario general? ¿En qué se enfocará su trabajo?
-Vamos con un tinte de coordinación interno con los diferentes departamentos, en una forma más estrecha, y también consensuar con las otras instituciones que son representadas aquí ante la Comisión Plenaria, para que la labor vaya fluyendo en forma paralela a lo que requiere el ambiente. Nos hemos dado cuenta de que hay ciertas directrices que se realizan sin consultar una institución a la otra.
Por otro lado, también se requiere estrechez con los desarrolladores y consultores ambientales, para coordinar los estudios de impacto ambiental, que los hagan de forma responsable, clara y transparente. A veces hay estudios que vienen de afuera para ser analizados aquí que nos traban más de la cuenta, y cuando damos un dictamen, nos hacen falta indicadores y estudios más fortalecidos para dar una viabilidad.
En cuanto a los temas prioritarios que quedan pendientes en esta administración, ¿cuál es el mayor reto?
-Tenemos proyectos que al país le interesan, por ejemplo los rellenos sanitarios. Hemos visto cómo los que funcionan están terminando su vida útil; entonces hay que ponerle atención a eso con buenos estudios para dar un dictamen.
Está lo de las carreteras, la de Chilamate que va a dar hasta Limón; son obras que el país necesita y requerimos darle un seguimiento puntual para que los impactos no sean tan pronunciados o que se puedan mitigar los que ya hay.
Una de las mayores críticas hacia la institución es que es una entidad técnica, pero se volvió política, por los temas conflictivos como Crucitas. ¿Cómo devolverle este papel fiscalizador y una opinión pública favorable?
-Acepté este puesto porque soy técnico, nunca me he desenvuelto en el campo político, y la SETENA es meramente técnica; estamos velando por el bienestar del país con un desarrollo armónico con la naturaleza. Que se nos quiera tildar en que participamos en cosas políticas, no, más bien al revés, el político quiere meterse para hacernos desviar la atención de lo que llevamos por buen rumbo.
¿Anteriormente sí hubo deseos de sectores de meter esa parte política?
-No me consta, antes de asumir esta responsabilidad estuve tres años y medio como representante en la Comisión Plenaria. En ese seno nadie nos torció la mano para que apoyáramos algo.
Pero el pueblo tiene esa percepción…
-Nosotros tenemos “marcada la cancha” de nuestra actuación y no nos podemos salir de ahí. A mucha gente no le gusta eso; gente molesta que en la calle dice cosas negativas de nosotros porque no le estamos satisfaciendo. Hay intereses de intereses, de los desarrollares, ambientalistas, políticos, que si no se les queda bien, atacan.
¿Cómo pudo afectar el tiempo en que Andrei Bourrouet estuvo ejerciendo los cargos de viceministro de Energía y secretario general a la vez, ya que podía tomar decisiones políticas?
-Desde el punto de vista técnico no afectó nada. Durante ese tiempo se continuaron haciendo los análisis, se siguieron dando las viabilidades, nunca se paralizó a pesar de que el secretario no estaba físicamente.
No hay injerencia política, en ningún momento vi a don Andrei queriéndole torcer el brazo a nadie, siempre hubo mucha transparencia, esos comentarios son infundados. Como Comisión Plenaria le manifestamos que era necesario contar con un secretario de planta, a él y al ministro (de Ambiente, Energía y Telecomunicaciones, Teófilo de la Torre).
La SETENA siempre ha sido exigente en los requisitos que se deben solicitar. A mucha gente le parecerá muy duro, la ley nos dice por dónde podemos ir; sin embargo, se puede dialogar y buscar el mejor norte para beneficio de todos; eso no quiere decir que sea suave.
Hay quienes se quieren brincar las reglas; lo que se pide a un desarrollador a veces no le gusta, pero tenemos que ser consecuentes.
¿Cómo está el tema de la mina Bellavista, usted ha comentado que no han visto el plan conceptual de Tetra Tech (realizado para la empresa Metales Procesados)?
-Ellos presentaron en diciembre del año pasado ese plan conceptual; lo metieron en el expediente, nada más. En enero le pedimos a la empresa que nos indicara cuál era el objetivo de presentar ese plan y no hemos tenido respuesta. No lo hemos analizado, de momento no sabemos nada, estamos monitoreando constantemente ese proyecto junto con la Dirección de Geología y Minas.
En el plan conceptual la empresa dice que quiere extender los trabajos más kilómetros hacia abajo, hacia el sector de Agua Buena, y además hacer minería subterránea. ¿Qué requisitos tendrían que cumplir para eso?
-Si se salen del área del proyecto actual, habría que hacer uno nuevo, y la legislación vigente prohíbe la minería a cielo abierto y el uso de cianuro; con solo eso no le podríamos dar ningún trámite.
¿Entonces como es una nueva planta, es un nuevo proyecto porque significa salir del lugar?
-Sí, entonces no podría operar. Si quieren seguir explotando, es ahí mismo, pero es un riesgo por lo del deslizamiento. Lo que es explotación y exploración no se está realizando nada, esa labor está paralizada.
Ellos (la empresa minera) no se la jugarían porque saben que van a tocar con pared, cualquier desarrollador que quiera ir en contra de una legislación y a lo que el pueblo está manifestando, no se la va a jugar, porque es un riesgo muy grande y un desgaste desde todo punto de vista. Si nos presentan un proyecto así, inmediatamente lo rechazamos.
Fuente: Semanario Universidad.
14 de junio de 2011
¿Pedir un nuevo Estudio de Impacto Ambiental??
Posiblemente será más efectivo. Nosotros preferimos agotar primero la via administrativa. En este pais la justicia es cara. No conozco a ningún abogado (solicité consulta a varios) dispuesto a tocar el tema Bellavista.
Además es una desventaja de un proceso formal a cargo de un abogado, que las tácticas jurídicas y los reglamentos procesuales fácilmente adquieran una dinámica propia, que sale del control de las bases actores.
Si ya el movimiento antiminero se está organizando con actividades como la difusión de información y realización de caminatas, ¿en qué se debe enfocar ahora? ¿será en la parte de legalidad y viabilidad del proyecto, tema en que se asienta su denuncia? ¿Por cuáles otros mecanismos se debe optar para evitar la reapertura de la mina?
Eso depende de la relación de fuerzas. El enfoque en lo legal siempre es una señal de la debilidad de un movimiento. Un movimiento fuerte como el que se enfrenta a las plantas atómicas en Alemania casi no recurre a los tribunales. Tiene muchas medidas de resistencia, movilización de cientos de miles de personas, desobediencia civil, bloqueos, cadenas humanas, campamentos en los sitios de las plantas y hasta sabotaje masiva para impedir un proyecto en la realidad, no en el papel.
Una caminata de protesta seguro es una actividad que puede contribuir a que logremos al fin nuestro objetivo. No veo sentido en valorarla bajo el criterio, si por eso van a cerrar la mina. Nosotros con las pocas fuerzas que tenemos apoyamos esta marcha. Participaré hasta tanto me lo permiten las patas.