Antena celular a baja altura, cerca de casas de habitación en Zapote. (Foto: Katya Alvarado)
Los distritos del cantón de Barva en Heredia lograron un precedente en la lucha que realizan vecinos organizados en distintas comunidades del país, para que las municipalidades reglamenten adecuadamente la instalación de torres y antenas de las empresas de telefonía celular, que se han venido colocando con permisos y sin permisos, según denuncias.
Tras la presión de ciudadanos que se oponen a que les coloquen antenas celulares cerca de sus casas o escuelas, el Concejo Municipal de Barva recibió un pliego con decenas de firmas, y acordó realizar una consulta popular y no dar permisos para torres hasta que no se emita un reglamento.
Esto, después que el pasado 5 de agosto amas de casa y otros vecinos de San Pablo de Heredia se lanzaron a la calle para impedir la descarga de una torre que una constructora iba a instalar a 50 metros de la escuela.
La inquietud ha llegado a diversas comunidades del país, al propalarse informaciones sobre los riesgos para la salud que traería la exposición prolongada a las señales de radiofrecuencia de los sistemas celulares. “Son mitos”, afirman autoridades de salud, aunque reconocen que las investigaciones no dan aún para sacar conclusiones definitivas (ver recuadro “Puros mitos”).
Un amago de disturbio ocurrió la semana pasada en el residencial Roma Oeste en Rohrmoser, Pavas, por una torre que se está montando junto a casas en la zona de aproximación al aeropuerto. Vecinos del residencial -de clase media- estacionaron sus vehículos para obstaculizar los trabajos y la policía llegó a moverlos.
Los vecinos contrataron a un abogado, Roberto Zamora, para iniciar un proceso contencioso administrativo impugnando la legalidad del permiso concedido por la Municipalidad de San José a la construcción. Según el abogado, el permiso no cumple con varios requisitos de la normativa atinente y el plan de desarrollo urbano.
Mariella Argüello dijo que mediante recursos han logrado detener desde hace más de un año una torre que les pretenden poner en el vecindario en San Pablo de Barva de Heredia. Pero dijo que en algunos distritos ya han instalado torres, pues las empresas negocian con los dueños de los lotes con la condición de que no digan nada, y cuando el vecindario se da cuenta ya está la torre levantada, incluso en algunos casos sin permisos.
Detalló que están pidiendo a la municipalidad que en el reglamento se exija un retiro de 200 metros a la redonda, lejos de las viviendas, escuelas y centros de recreación. “En Europa se exige hasta una distancia de 1 kilómetro; aquí no somos ciudadanos de cuarta categoría, como para que nos quieran poner antenas sobre el techo. En España a Telefónica no se lo permiten y aquí sí”, protestó.
Grupos de diversas comunidades afectadas formaron el movimiento Más Urba (MOV+URBA) y se reúnen semanalmente en el hotel Del Lago, en La Sabana. Entre las acciones contemplan una movilización para el 15 de setiembre, anunció una de sus integrantes, la empresaria Claudia Gavosto.
Informó tener conocimiento de movimientos opositores en lugares como Barrio México, Escazú, San Francisco de Dos Ríos, Guadalupe, Purral, Paso Ancho, Santa Ana, Barva, San Carlos, Cóbano de Puntarenas, San Carlos, y Gandoca y Manzanillo en Limón, las cuales están estableciendo comunicación.
La abogada Violeta Arias relató que la asociación de desarrollo comunal de Paso Ancho Norte presentó un recurso de amparo con 70 firmas, que fue aceptado para su trámite por la Sala IV el pasado 22 de julio, según los criterios del derecho de información, derecho al ambiente sano, y derecho al debido proceso. Al menos en Barrio México y Pavas también han sido presentados recursos, acotó.
Explicó que en Paso Ancho Norte todo está listo para construir una torre en un lote esquinero a 300 metros al norte de la iglesia católica, pero la comunidad no está de acuerdo, porque está con un retiro de apenas tres metros de la propiedad vecina, y frente a un condominio de cientos de apartamentos.
En su opinión, el Estado debía haber tomado las previsiones del caso a través del Ministerio de Salud conforme al “principio precautorio”, porque en este momento no existen estudios que digan que las torres no van a hacer a daño.
Hans Kurz, miembro de un grupo de vecinos de Vista Linda de Escazú que lucha contra la anunciada instalación de una torre junto a sus casas, relató que tras audiencias en la Municipalidad, la semana pasada les dijeron que no autorizarán permisos mientras la municipalidad no adopte un reglamento. Sin embargo, no están confiados porque “las presiones son enormes”.
Carmen Arce, síndica y miembro de la comisión de telecomunicaciones de la Municipalidad, expuso que en Tibás están trabajando en un reglamento, y quieren hacerlo con el menor impacto posible, porque hay preocupación de la gente.
Johanna Cruz, concejala del distrito central Santa Ana, dijo que al frente del residencial Las Cabañas les quieren poner una torre y lo que más les preocupa es que se devalúe la propiedad.
“Las torres son horrorosas. En Santa Ana hasta donde se pueda no vamos a permitir que haya una torre por cada empresa (telefónica), sino que vamos a exigir que estén juntas”, aseveró.
Según el arquitecto Mauricio Ordóñez, es irresponsable afirmar que las emisiones de radiofrecuencias en antenas celulares no provocan efectos en la salud. La opinión de la comunidad científica está dividida, y cuando se tiene un grupo de científicos que dicen sí y otro que dicen no, se aplica el principio precautorio. Decir que no pasa nada es irresponsable. ¿Cómo saben? Puede ser que las enfermedades que hemos estado sufriendo, como el insomnio y otros males, se deban a eso, señaló.
Recordó que las normas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) -que aplica el Ministerio de Salud- se basan nada más en los efectos térmicos. Pero las ondas electromagnéticas inciden en los cuerpos, y mientras algunos dicen que se detienen en la piel, otros dicen que llegan más adentro, cuestionó Ordóñez, quien se ha interesado en ahondar sobre el tema.
Recordó que muchos países no acataron o han abandonado las normas recomendadas por la OMS para la potencia de las señales, y han adoptado unas más estrictas, es el caso de Suiza, Rusia y Este Europeo, Bélgica, Luxemburgo, y Austria-Salzburgo, donde la telefonía celular funciona sin problemas.
El descontento con las normas de la OMS va creciendo y un ejemplo es la Resolución de la Comisión de Medio Ambiente sobre Salud y Campos Electromagnéticos que aprobó el pleno del Parlamento Europeo en abril del 2009, con normativa más exigente, agregó.
COMISIÓN
Walther Herrera, funcionario de la Superintendencia de Telecomunicaciones (SUTEL) y miembro de la Comisión de Infraestructura, comentó que ha habido preocupación de la población sobre el tema, porque se ha estado enviando información no oficial a los medios de comunicación, diciendo que la radiación de las antenas en las torres es perjudicial para la salud y que estas afean el paisaje, y la gente se alarma con razón.
Explicó que la norma adoptada es la recomendada por la OMS, que toma como referencia los niveles de radiación establecidos por el Comisión Internacional de Protección contra las Radiaciones no Ionizantes (ICNIRP, sigla en inglés). Las radiaciones que se están permitiendo son 50 veces menores que el límite que ellos determinaron, de manera que se está considerando el principio precautorio, afirmó.
En el documento de buenas prácticas se recomienda que las antenas tengan un mínimo de 30 metros , pero quien define el tamaño de la torre es la empresa operadora, que es la responsable de dar el servicio de calidad, y dependiendo del terreno pone las torres y determina cuál es la altura más adecuada, puntualizó.
La SUTEL abrió una línea de consulta gratuita para los usuarios y las municipalidades (888 SUTEL), para que las personas consulten las dudas que tengan.
Se formó una comisión interinstitucional de la SUTEL y tres ministerios para colaborar con las municipalidades en los trámites de permisos para infraestructuras en telecomunicaciones. Dado que las municipalidades no tenían ninguna normativa, se estableció por medio de la Federación Metropolitana de Municipalidades (FEMETROM) una propuesta de reglamento, para que cada ayuntamiento tuviera un instrumento en que pudiera respaldarse para dar los permisos, añadió Herrera.
Ya 46 de las 81 municipalidades han adoptado el reglamento, así como 6 de 8 distritos municipales que hay en el país, aseguró Herrera.
“Puros mitos”
La ingeniera María Cordero es la encargada del tema de las radiaciones ionizantes y no ionizantes en la Dirección de Regulación de la Salud del Ministerio de Salud (MS), y por eso se le preguntó con base en qué les están asegurando a las comunidades preocupadas, que no hay peligro con la normativa adoptada para las emisiones de las antenas celulares.
Dijo que como país miembro de la OMS, el MS tomó las recomendaciones de esa organización y las hizo obligatorias, mediante un decreto ejecutivo firmado en febrero del 2011, donde se toman los parámetros permisibles adoptados por la Comisión Internacional de Protección contra las Radiaciones no Ionizantes.
Mencionó que en mayo de este año salió un informe de la OMS, en el que los campos electromagnéticos emitidos por el teléfono celular los categorizan en un nivel 2B y dicen que posiblemente tengan algún efecto para la salud. Hay que tomar en cuenta que las investigaciones se han hecho en animales, no en humanos.
Pero las radiobases se están excluyendo, porque manejan magnitudes muy bajas. Entonces no es trascendente la emisión de campo electromagnético en una torre, a diferencia del teléfono celular, donde la señal es más potente y además lo tenemos cerca, sostiene Cordero.
Sin embargo, en la comunidad científica hay divergencia de opiniones. ¿No habría que seguir el principio precautorio?
-Por supuesto, el principio precautorio, pero ahora con esta presentación de estos expertos, hay uno que es investigador, el Dr. Sabatini, quien definitivamente dice que hay muchos estudios, pero ninguno ha llegado a una conclusión. Lo que dice da pie a pensar que lo que el viceministerio de Salud ha hecho (aplicar la norma de la OMS) es basándose en conclusiones totalmente científicas.
No obstante, esos estudios se refieren únicamente al efecto térmico de las ondas.
-No, se toma en cuenta que ya demostrado está que el efecto térmico es el que hace más daño, no el campo electromagnético.
Usted dice que la potencia de emisión de las antenas es muy baja, pero ¿qué hay con el tipo de onda, como las ondas pulsantes que se trasmiten en las frecuencias del celular, y de las cuales se dice que podrían tener efectos perjudiciales en las células, las del cerebro, por ejemplo?
-Puros mitos. Sabemos que el cerebro es muy eléctrico y los campos electromagnéticos están muy cerca del cerebro. Pero la OMS dice que no hay ninguna conclusión de que esos campos tengan ningún efecto en el cerebro, o sea que no está demostrado que dé dolor de cabeza, o mareos y tantas cosas de que hablan las personas.
-Pero tampoco está demostrado que no provoquen daño
-Bueno en eso está la OMS investigando. En el momento que dé una conclusión que los campos electromagnéticos del teléfono celular sean dañinos para la salud, y que lo cambien de categoría, en ese momento creo que todas las autoridades del mundo tenemos que tomar decisiones, porque creo que nadie en este momento esté levantando la mano para dejar de usar el teléfono celular, sabiendo que es una herramienta que es parte del trabajo de las personas. Entonces no nos podemos aventurar; claro, hay gente que anda dando mala información.
¿Como cuál?
-Que da cáncer, que provoca leucemia en niños, que trae trastornos como dolor de cabeza, insomnio, mareos, todos esos mitos.
¿Son mitos o es que no hay estudios concluyentes sobre los efectos?
-Sí se han estudiado. Es más, estos expertos dicen que hace 60 años se están haciendo estudios, no es de ahora. Ahora tenemos celulares; en Costa Rica desde hace 15 años. ¿Cuánto tiempo está trabajando el ICE en Costa Rica? Hace 15 años.
Pero no se han estudiado los efectos…
-No, en Costa Rica no se hacen investigaciones, pero a nivel mundial hay una cantidad de países que han hecho investigación.
“Antenas seguras”
Jorge Luis Araya
Las radiaciones de las antenas celulares son tan bajas que no hay que temer efectos en la salud. Y en cuanto a la exposición a la radiación de los propios teléfonos celulares a largo plazo, aún no se pueden hacer conclusiones definitivas, dijo a UNIVERSIDAD el brasileño Renato Marcos Sabbatini.
Biofísico, sociólogo, profesor universitario e investigador en temas de salud y emisiones electromagnéticas, Sabbatini impartió una charla a funcionarios municipales la semana pasada invitado por la Federación Metropolitana de Municipalidades (FEMETROM). Estuvo acompañado del también brasileño Adorbal Bonturi, director de MMF, una fundación de las casas fabricantes de celulares.
¿En su criterio, la norma que se está aplicando en Costa Rica para las emisiones de antenas celulares es segura para la salud de las personas?
-Cosa Rica está entre el medio centenar de países que adoptan un estándar internacional de la OMS, que ha sido extensamente investigado por el ICNIRP, y que son los campos electromagnéticos que utilizan los teléfonos. Ese nivel de seguridad ha sido determinado por experimentos científicos con animales (ratones), y para proporcionar un nivel más seguro lo rebajaron 50 veces. Un nivel de 200 vatios lo rebajaron a 4, que es un nivel muy bajo y no hay ninguna acción biológica. Pero además las torres celulares operan a niveles aun más bajos, normalmente entre 1.000 y 200 veces por debajo de ese nivel que ya es 50 veces menor.
Pero entendemos que ese estudio solo mide los efectos térmicos (calor) de esas emisiones.
-Es verdad. Es el efecto de calentamiento como resultado de la incidencia de microondas, que son los tipos de ondas de la mayoría de las emisiones.
Pero no es el único efecto posible; puede haber efectos de otro tipo.
-Hay varios trabajos que han estudiado si existirían otros efectos llamados no térmicos. Ellos existen, pero parecen ser insignificantes. Son de muy baja intensidad. Probablemente no tienen fuerza suficiente para romper moléculas o causar muerte celular, etc.
¿No es cierto que son estudios que consideran la potencia o intensidad de las emisiones, y no el tipo de onda, como las ondas pulsantes, que se transportan en estas frecuencias y que, al parecer, según algunos científicos, pueden tener efectos biológicos y sobre lo que no hay aún suficiente investigación?
-La mayoría de los trabajos utilizan simulaciones de estaciones de GSM o CDMA, que son las dos que se utilizan hoy día. Entonces ya se simula la pulsación de frecuencia que esas tecnologías utilizan. Los científicos se han preocupado mucho de utilizar no solamente la intensidad y la potencia de emisión que sea compatible con el nivel con que el cuerpo siente la emisión de la radiobase o de los teléfonos, sino también el patrón de emisión.
-Pero hay divergencias en la comunidad científica sobre los efectos de las emisiones, y los países han adoptado regulaciones para lugares sensibles como escuelas y hospitales, y europeos, por ejemplo, exigen emisiones más bajas…
-La OMS no ve nada especial en escuelas y hospitales, porque las radiaciones son muy bajas. Entonces es poco probable la posibilidad de causar efectos en personas mayores de edad, niños o bebés, pero se puede tomar precauciones. Esas precauciones consisten en preservar una distancia mínima entre las torres y las escuelas. En hospitales no hay necesidad. En estos la precaución es no utilizar los teléfonos en la unidad de terapia intensiva, o en los centros quirúrgicos, porque hay varios aparatos que utilizan comunicación inalámbrica y podrían sufrir una interferencia y ocasionar una mala función que ponga en peligro la vida de un paciente. Es un efecto indirecto. Pero la mayoría de los fabricantes han notado ese efecto y entonces se organizan para poner a los aparatos blindajes especiales y filtros de frecuencia electromagnética.
Esas investigaciones que menciona y por las que dice que no hay que temer efectos dañinos en la salud ¿se han hecho con suficiente espacio de tiempo como para llegar conclusiones definitivas?
-No, tiene que pasar el tiempo. Nosotros tenemos datos, pero como el celular es un fenómeno relativamente reciente, unos 15 años en nuestros países, lo que pasa es que no tenemos información suficiente sobre el largo plazo de exposición. Hay varios estudios que están siendo hechos en países desarrollados como el Reino Unido, EE.UU. y en Europa, para seguir por 25 años o más. Empezaron en 2009 y creo que va a pasar mucho tiempo antes que tengamos una conclusión definitiva. Pero se puede adelantar que como no hay mecanismos biofísicos plausibles que sean fáciles de acreditar es muy poco probable que se prueben esos efectos.
¿Ante la duda no habría que tener una actitud precautoria?
-En cuanto a eso, lo que se puede hacer es seguir el principio de precaución. A nivel individual utilizar el manos libres, audífonos, no hablar tanto por celular, no darlo a los niños pequeños. Son medidas de precaución que no hacen mal a nadie, y creo que como en otras esferas de la vida son necesarias. Eso para los teléfonos, pero para la estación radiobase, repito, el campo que ellas emiten a distancia segura es tan bajo, que no hay cómo penetrar siquiera en el cuerpo humano; para en la ropa.
Fuente: Semanario Universidad.