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28 de junio de 2011

Reportaje - Reapertura de la Mina Bellavista en Miramar de Puntarenas

En el reportaje de esta semana vemos los intentos de reabrir la Mina Bellavista en Miramar, Puntarenas, pese a la oposición de muchas personas y pese a los errores que se cometieron en el pasado, que obligaron a cerrarla.

10 de marzo de 2011

Comunidades sufren falta de agua por minería

Latinoamérica - Costa Rica
JUEVES 10 DE MARZO DE 2011 09:42

La falta de agua en numerosas comunidades de Costa Rica se vuelve más dramática ante el anuncio hecho por el Ministerio de Salud de un rebrote de la gripe AH1N1, la gente ha reaccionado denunciando los lugares donde la falta de agua es cosa de todos los días. "El área sucumbió por la minería de oro a cielo abierto y ahora, en vez de producir agua, está deforestada, recubierta de chatarra, llena de tanques arrugados y escombros de rocas, flanqueada por lagunas mineras, escombreras, plásticos y por debajo, llena de geomembranas rotas cubiertas de rocas trituradas lixiviadas con cianuro".

Fuente: Informa-tico

08/03/2011. Los quejosos señalan que han transcurrido varios meses desde la llegada de la influenza AH1N1 al país y todavía quedan sitios donde el agua escasea o no es potable para el consumo humano.

Esto pasa en Miramar de Puntarenas, donde la llegada de las lluvias no representa ningún alivio para sus habitantes, quienes siguen sufriendo la penuria del agua contaminada, esta vez, por deslizamientos que colapsaron la fuente Molina, y contaminaron el acueducto con barro y el racionamiento de agua, que se mantiene desde el pasado sábado en horas de la noche.

En ese sentido, el problema se ha agravado tanto que el liceo y algunas escuelas de la comunidad se vieron obligados a interrumpir el curso lectivo, señala un comunicado del Comité Ambiental de Miramar.

El Comité Ambiental solicitó a la Comisión Local y a la Comisión Nacional de Emergencias que realicen un estudio geotécnico integral que permita determinar con exactitud la vulnerabilidad de las tuberías y captaciones del acueducto municipal y pidió la intervención de las autoridades de Salud para salvaguardar el bienestar y la calidad de la vida de las personas usuarias del acueducto municipal.

Más de diez años de lucha

Hace más de diez años que los vecinos de Miramar sufren los mismos problemas de desabastecimiento y contaminación del acueducto.

"El problema actual se remonta al año 1994, cuando el Concejo Municipal de Montes de Oro aprobó un proyecto de acueducto, sencillo, eficaz y barato, que consistía en captar la naciente Cob para inyectarla al sistema de acueducto municipal", comentaron los representantes del Comité en un comunicado.

El conflicto comenzó cuando empleados de una empresa minera, entre ellos el geólogo Miguel Alán, fueron elegidos para encargarse de la tubería que sale de la fuente Cob para que la compañía ocupara áreas públicas, además de que se hizo la recomendación de incorporar la naciente Molina al sistema municipal para justificar la desconexión posterior de las fuentes Montezuma 1 y 2, como en efecto se hizo cuando empezó a operar la mina de oro a cielo abierto en Bellavista.

"Durante ese tiempo, la empresa minera se congració con la municipalidad realizando estudios gratuitos, regalándole un carro viejo, donándole tubos y hasta 200 mil colones en efectivo, que acabaron de convencer al ejecutivo municipal, Sammy Cortés, al ingeniero del Instituto de Fomento y Asesoría Municipal (IFAM), Arturo Herrera, y hasta los regidores municipales de ese entonces", manifestó el Comité, añadiendo que esto tuvo como resultado la aprobación de un préstamo de 85 millones de colones con el IFAM debido a las "ventajas" de captar la fuente Molina, "naciente a la que los mineros pintaban con una imagen de abundancia de 19 litros por segundo cuando los aforos del Servicio Nacional de Electricidad (SNE) y de la comunidad apenas daban 9 litros por segundo".

Según el Comité Ambiental, en las zonas aledañas a la fuente Molina la administración municipal actual no ha sido capaz de detener la explotación ilegal de laja ni de ejercer control sobre la construcción de caminos en fincas privadas.

"Tampoco da cuenta de por lo menos dos perforaciones recientes de 2 ¼ pulgadas realizadas en terrenos que, según los lugareños, pertenecen al geólogo Alán, cuyo fin se desconoce pero que, sin duda, producen alteraciones que contribuyen con el deterioro del acuífero captado en la naciente Molina", añadieron los ambientalistas.

Para miembros del Comité Ambiental, las captaciones de las fuentes Molina y Cob no se realizaron con el diseño adecuado tratándose de zonas quebradas, con rocas fuertemente meteorizadas, con alta precipitación y suelos geológicamente inestables, lo que provoca deslizamientos como los causantes de la crisis actual en el manantial Molina.

"Por su parte, el gobierno municipal sigue fallando al no abocarse con Ministerio de Ambiente, Energía y Telecomunicaciones (MINAET) y el Servicio Nacional de Aguas Subterráneas Riego y Avenamiento (SENARA) a delimitar y demarcar las áreas de recarga acuífera de todos los manantiales conectados al acueducto municipal, poniendo en riesgo la salud humana por el peligro de contaminación con desechos humanos, animales y químicos", declaró el Comité.

"Mientras Miramar clama por agua, el alcalde Álvaro Jiménez, defensor de la minería, solo atina a decir que buscará agua en la cuenca vecina del río Naranjo, también en la mira de Acueducto y A alcantarillados (AyA)", concluyeron los defensores del agua, quienes tienen pocas esperanzas de que sea factible captar agua limpia en la Cuenca Superior del Río Ciruelas pese a los esfuerzos de vecinos y vecinas que, a través de mociones presentadas por el ex regidor Claudio González (1996) y la ex regidora Marta Blanco (1998), pretendían declarar esa cuenca como Reservorio de Agua para el consumo humano.

"El área sucumbió por la minería de oro a cielo abierto y ahora, en vez de producir agua, está deforestada, recubierta de chatarra, llena de tanques arrugados y escombros de rocas, flanqueada por lagunas mineras, escombreras, plásticos y por debajo, llena de geomembranas rotas cubiertas de rocas trituradas lixiviadas con cianuro" se lamentó el Comité.

Higuito en crisis

Por otra parte, la Defensoría de los Habitantes solicitó al Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA) un informe que pueda confirmar si el agua abastecida por la Asociación Administradora del Acueducto de Higuito de Desamparados (ASADA) es apta para consumo humano.

La Defensoría investiga denuncias de habitantes de la zona quienes alegan que, constantemente, sufren problemas con el suministro de agua que brinda dicha ASADA ya que el líquido, en algunas ocasiones, acarrea barro; situación que se agrava, al parecer, en la época lluviosa.

Como parte del estudio que realiza la Defensoría se constató, a través de análisis realizados por el Laboratorio Nacional de Aguas, que el líquido suministrado por la Asociación no está contaminado; sin embargo, no se establece claramente si cumplen o no con los estándares de calidad como para ser consumido diariamente por las y los habitantes.

Cabe destacar que no es la primera vez que la Defensoría recibe quejas de vecinos de Higuito que manifiestan molestia por la calidad del agua potable que llega a sus casas.

Pese a ello, en esta ocasión la Defensoría solicitó al AyA brindar copia de los resultados de los análisis físico, químico y bacteriológico, con el fin de garantizar la calidad del servicio de abastecimiento y el agua potable de la comunidad; aú así, el Instituto aún no ha remitido la respuesta pese a que la Defensoría lo ha prevenido sobre la necesidad de conocer dicha información.

"Los habitantes tienen derecho a conocer si el agua que están consumiendo es apta para consumo y por tal motivo se requiere de tal confirmación", declaró la Defensoría, luego de que envió este mes una prevención para que las autoridades de esa entidad respondan a la mayor brevedad y aclarar el asunto.

Fuente: Noalamina.org.

La experiencia minera en Costa Rica existe y ha sido nefasta

Latinoamérica - Costa Rica
JUEVES 10 DE MARZO DE 2011 09:20

En Costa Rica la minería se ha concentrado en el llamado cinturón del oro, en el que sobresale Abangares donde los ríos son plateados por el mercurio o lucen macilentos y tan ácidos como el limón y las ruinas convertidas en museo no terminan de servir al turismo. En Miramar, las bellas vistas hacia el Golfo de Nicoya hoy tienen paisajes desérticos que interrumpen los corredores biológicos por causa de la cuarta mina de oro a cielo abierto.

Por Sonia Torres, Comité Ambiental Miramar

06/03/2011. En Esparza el desierto de Macacona producto de la primera mina de oro a cielo abierto desangra diariamente el acuífero local y es testimonio de la pérdida de pozos de agua potable que siguen manando pesados metales concentrados desde el tajo cercano.

En Chomes, un hermoso cerro desapareció, y sobre una calle pública yacen actualmente los restos de las construcciones, como legado de la tercera mina de oro a cielo abierto..., y a pocos pasos, los techos que albergan las esperanzas de los hombres y mujeres que creyeron en la minera.

En Río Chiquito, la sedimentación del embalse Arenal da cuenta de las miles de toneladas de tierra que fueron lanzadas en las márgenes del río antes de caer en el lago usado para producir la electricidad de un país.

Y en San Carlos, al igual que en el resto del país donde se han dado luchas contra las mineras, el rencor, rencillas y desprecio entre hermanos suplantó al amor, solidaridad y compañerismo de antes; en momentos en los que la minera recurre a un tercer tribunal en busca del respaldo a los compromisos adquiridos por gobernantes inescrupulosos.

Ni qué decir de los impactos sociales en Abangares, donde aunque tenemos el doble de la tasa de síndrome de Down del país y pese a que algunos funcionarios sanitarios le vinculan con la minería, pocos estudios formales se han realizado para correlacionar la misma en forma científica; pocos se preguntan por qué de los aumentos de abortos en comunidades abangareñas como Matapalo y Limonal separadas por la planta de proceso y lagunas mineras dejadas en abandono y nadie da cuenta de los niveles del mercurio en la sangre de los lugareños.

Como en cualquier lugar del mundo, las empresas mineras huyen de Costa Rica cuando les conviene o se cambian de nombre y continúan como si nada a lo interno del país. Aquí hasta se llevan los ahorros de las asociaciones solidaristas como ocurrió con la Ariel Resources en Abangares; dejando también cuentas sin pagar por servicios eléctricos y seguros médicos de los trabajadores. Aunque aquí no tenemos rótulos que hablen de las estadísticas que indiquen registros de las empresas mineras en las entradas de las minas, si tenemos cruces en los cementerios que señalan a los mineros que han sucumbido en las minas.

Aquí en Costa Rica no tenemos la valentía de tomar el toro por los cuernos y llamar pan al pan y vino al vino por temor a caer mal o conseguir menos de lo esperado. Quizá por eso, se produjeron las reformas al Código Minero que resultan en autoengaño porque, entre otras cosas, no se pusieron restricciones al procesamiento minero de las transnacionales que terminarán procesando el oro que extraerán los mineros sin compromisos laborales ni médicos para las empresas que serán las que establezcan la ley de la broza que comprarán a los mineros alineados en cooperativas.

Aquí al igual que en cualquier lugar del mundo, el trabajador minero no tiene derecho a rebelarse porque no tiene otra fuente de trabajo. Los lugareños abandonan sus casas cuando la naciente secó y el agua no llegó más al hogar. No hay regulaciones y la minera invade el perímetro urbano, carcomiendo los techos de las casas.

Aquí al igual que en Chile y otros países las mineras abandonan las minas. Se cambian de nombre, cierran las oficinas y se atrincheran en el plantel minero en permanente amenaza.

En Abangares tenemos algunas mujeres viudas que han tenido que recurrir a la minería para seguir sosteniendo a la familia, luego que el esposo falleciera; a esas mujeres hoy se les ilustra como dependientes de la minería para sensibilizar más a la población.

Aquí en Costa Rica, son pocas las viudas e interminables los huérfanos que siguiendo los pasos del padre, del tío o del abuelo, siguen perforando las entrañas aunque paguen con su salud y quizá la vida; mientras, los más aventurados hacen negocio con el oro teñido de sangre de nuestros hermanos, pero a eso le llaman solidaridad, progreso y desarrollo sostenible.

La escolaridad de los mineros ticos es baja; el alcoholismo es la enfermedad y la esperanza no existe. No hay equipos para respirar aire fresco en las entrañas, aún se cree en promesas y se añoran cooperativas que suenan a salvación.

En Costa Rica sucumbió mina Bellavista y en Miramar nadie se murió de hambre por falta de trabajo. El colapso de mina Bellavista evidenció en el siglo XXI la incapacidad de las instituciones en prevenir y atender emergencias mineras, al igual que no fue posible manejar adecuadamente el cierre advertido de Macacona, o el cierre intempestivo de Beta Vargas y Río Chiquito en el último cuarto del siglo XX.

¿Cómo no reconocer la experiencia minera de las autoridades de salud que muestran resultados de análisis de agua de un año atrás al colapso de la mina Bellavista, porque fueron incapaces de monitorear los "lavados" del cianuro que hizo la minera con las geomembranas rotas por las masas de roca en movimiento?

¿Cómo ignorar la experiencia nefasta de la Comisión de Emergencia declinando intervenir la mina Bellavista pocos días antes del colapso, pese al clamor popular?

Sigue siendo nefasta la experiencia minera cuando sucumbió la mina Bellavista y el estudio de impacto ambiental que la respaldó sigue vigente, no ha sido cancelado y la empresa trabaja sigilosamente de la mano del gobierno en una "nueva" propuesta minera, ya rechazada por SETENA en el año 1996.

Y ni hablar de la experiencia minera que tenemos en cuanto a trámites y permisos fraudulentos con el que pretendían operar en Crucitas, que han sido evidenciados de mil maneras y finalmente reconocidos por el Tribunal Contencioso Administrativo, por la constante y acuciosa labor de quienes han creído que vale más el agua que el oro y que la paz a la naturaleza no se nutre de discursos y escritos falsos.

Costa Rica ha escrito con sangre su historia minera. Pasado, presente y futuro. Tenemos experiencia minera y ha sido nefasta. La amenaza sigue pero el futuro es promisorio si seguimos el camino trazado por los valientes hombres y mujeres que a pie, de saco y corbata, quemando pestañas y gritando consignas, hemos dicho de muchas formas, no a la minería.

Fuente: noalamina.org.