28 de octubre de 2010

8 de mayo: Crónica de una Inconveniencia Anunciada (parte I)

Por Astrid Sánchez

Parte I.

El pasado 08 de mayo del presente año, el pueblo costarricense mantenía con ilusión, y expectativa sus apreciaciones sobre el destino político que Costa Rica enfrentaría en los próximos cuatro años.

Independientemente de la ideología política o partidaria con la que se identificaban los ciudadanos costarricenses, prevalecía el consenso de que una de las formas más convenientes de llevar por un buen camino a este país, habría de ser la de trabajar al lado de nuestros nuevos gobernantes.

Actuar sobre la base del respeto hacia ellos y ellas, particularmente hacia la persona de la señora Laura Chinchilla quien asumía a partir de ese día su cargo como Presidenta de la República. Apoyarla en la toma de las decisiones que nosotros como ciudadanos consideráramos convenientes para el país.

Sin duda, parecía prudente iniciar de inmediato un proceso constructivo en el que se aplaudieran los aciertos de la mandataria y en el que le pudiéramos expresar oportunamente nuestras inquietudes, cuando por alguna razón no estuviéramos de acuerdo con sus disposiciones.

Precisamente, sus primeras palabras como presidenta nos instaban a eso. Ella fue enfática en que nadie debía pretender adjudicarse el monopolio de la verdad, insistió en el valor ético de escuchar a todo aquel que se le acercara y propició en todo momento el diálogo. Textualmente manifestó “Abriré las puertas a todas y todos los costarricenses; no sólo a los partidos políticos y a los gremios sociales o empresariales, sino también a los ciudadanos que a menudo nadie representa”

Basados en las palabras de la presidenta Chinchilla, el viernes 08 de octubre a partir de las 4:00 pm, un grupo de ciudadanos ticos, dieron inicio a un período de Ayuno Indefinido frente a Casa Presidencial, para apoyarla en su responsabilidad política y moral de derogar el decreto 34801 MINAET que declara de Interés Público y Conveniencia Nacional el Proyecto minero Crucitas, firmado por el ex presidente Óscar Arias.

Sin embargo....21 días después la presidenta Chinchilla, ni siquiera se ha molestado en preguntar el estado de salud en que se encuentran los ayunantes. En establecer diálogo, mucho menos. La violencia ha sido la única forma de comunicación, en un inicio el despliegue policial desmedido tanto con vallas metálicas como con decenas de antimotines, y de forma casi simultánea el silencio que ha sido percibido por los ayunantes y por el pueblo costarricenses como uno de los mayores actos de violencia de los últimos años.




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