Hernán Alvarado, un agricultor de 62 años del norte de Costa Rica, cumplía este martes su quinto día de ayuno frente a la Casa Presidencial en San José, con la esperanza de que la jefe de Estado Laura Chinchilla acepte dar un golpe de gracia a la minería.
"Estoy aquí porque tenemos que darle un ejemplo a nuestros hijos y nietos, porque si esto sigue como va, muy pronto vamos a tener un desierto", dice a la AFP Alvarado, quien ha dejado sus cultivos de frijol y piña a cargo de sus hijos para venir a la capital a sembrar su protesta.
Alvarado forma parte de un grupo de 10 ambientalistas que desde el viernes pasado se plantaron frente a la Presidencia e iniciaron un ayuno, solicitando que se deroge un decreto de "conveniencia nacional" emitido en favor de la canadiense Infinito Gold.
La empresa obtuvo en 2001 la concesión para explotar cerca de un millón de onzas de oro a cielo abierto en Crucitas, en la norteña zona de San Carlos, fronteriza con Nicaragua.
Los ambientalistas denuncian que el proyecto contaminará las fuentes de agua con elementos como el cianuro, y provocará la pérdida de un bosque de 190 hectáreas, donde habitan especies en peligro de extinción.
Bajo toldos y en tiendas de campaña el grupo espera --hasta ahora infructuosamente-- alguna señal de diálogo desde la Casa Presidencial, que permanece rodeada por una valla de hierro y con una moderada vigilancia policial.
Astrid Sánchez tiene poco en común con Alvarado. Tiene 25 años, es bióloga marina y residente en San José, pero se ha unido al ayuno para "demostrarle a la Presidenta que el pueblo repudia la minería a cielo abierto y que apoyaría una decisión suya de rescindir el contrato de concesión" a Infinito Gold.
"Ella tiene esa responsabilidad con Costa Rica y venimos a recordársela respetuosamente", manifestó Sánchez.
Junto a ellos hay una maestra pensionada, dos ingenieros informáticos, un asesor ambiental, una agente inmobiliaria, dos estudiantes y un politólogo.
"Todos, por el momento, están bien de salud, únicamente están tomando líquidos, electrolitos como suero, nada sólido", explicó el médico Rodrigo Cabezas que constantemente los supervisa.
"No queremos mártires, la idea es que les pongan atención, que escuchen sus planteamientos, porque ellos están aquí haciendo un sacrificio grande, renunciando a muchas cosas", declaró Cabezas a la AFP.
En este momento, el proyecto minero es tema de un juicio que se tramita en un tribunal contencioso administrativo desde el 4 de octubre y que se esperaba concluyera el viernes anterior. Sin embargo, las audiencias se han prolongado más allá de lo previsto.
El tribunal deberá decidir si el otorgamiento de la concesión y todos los procesos administrativos paralelos han estado a derecho y se estima que su fallo será determinante para el futuro del proyecto.
"Tenemos la esperanza de que este juicio sea favorable (a las posiciones de los ambientalistas), pero más allá del fallo judicial, nosotros seguiremos luchando porque queremos dejar un país sano a las nuevas generaciones", afirmó Rosibel Porras, una asesora inmobiliaria.
Esta mujer de 51 años, madre de dos hijas, dice que su ayuno es "un pequeño sacrificio" frente a todo lo que está en juego y que seguirá firme "lo que el cuerpo aguante".
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Fuente: economia.terra.com.co.
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